sábado, 13 de agosto de 2016

Aispuro no se fue del PRI, lo echaron: Guerrero Mier
ÁLVARO SANJUÁN
“Todo político tiene que ser hipócrita, para ascender todo se vale. Pero no hay que ser solo falso, sino astuto”
Carlos Fuentes

En la tragedia del PRI no podía faltar la entrevista que le hizo Mariano Alvarado a Sergio Guerrero Mier: las opiniones del exgobernador son otra gota de ayuda para que la clase priísta entienda su fracaso. Guerrero Mier hace una muy breve radiografía del por qué perdió el tricolor. A diferencia de Ricardo Pacheco Rodríguez -que cuando se le hizo la misma pregunta contestó: no fue el candidato, fueron las circunstancias-, don Ángel Sergio se va a la yugular: los responsables son los jóvenes gobernantes que excluyeron a los viejos ¿así o más claro? Moraleja, en el PRI ser viejo es ofender al eterno.
En este contexto, no sería nada malo que la próxima o próximo presidente estatal del tricolor, reformara los estatutos donde quede establecido que solo serán admitidas y admitidos militantes de 18 a 35 años de edad, y así no será más ese partido una sucursal del INSEN. Para Guerrero Mier hoy José Rosas Aispuro Torres tiene todas las virtudes que no le vieron en 2010 y, paradójicamente, en ese entonces el distinguido priísta no las pudo ver. Tal vez por esa razón, cuando don Carlos Herrera y el senador Ismael Hernández Deras se disputaron la candidatura del tricolor al gobierno del estado apoyó al lagunero, porque en el fondo nunca ha confiado en los jóvenes para dirigir el partido y mucho menos para que gobiernen. No se puede tapar el sol con un dedo: el entonces gobernador Guerrero Mier inclinó el fiel de la balanza a favor de don Carlos y a los más cercanos les pidió que lo apoyaran. Pero la línea no se dio, favoreciendo al político del Mezquital y, ¡qué cosas tiene la vida Mariana!, a partir de esas fechas los jóvenes tomaron en sus manos el poder que perdieron con Esteban Villegas. Tal vez el famoso “Meme” Martínez Garza tenga razón cuando dice: los chamacos no pudieron con el paquete, nosotros lo vamos a rescatar.
Lo que le sucedió al PRI en Durango requiere que alguien escriba un ensayo, y no solo sobre lo que pasó el día de la elección. Por ejemplo: ¿en qué momento se quedó el tricolor sin un candidato de unidad? Ya lo adivinó, la tragedia de este partido comenzó con la muerte del recordado Jorge Herrera Delgado. Desaparecida esta importante figura al interior del PRI, y que era bien vista por la sociedad civil, su ausencia dejó un enorme vacío que ya nadie pudo llenar y ahí empezó el principio del fin de los tricolores, que culminó el domingo 5 de junio. Ya sin Herrera Delgado, los grupos de Durango y la Laguna quedaron polarizados: unos con Leticia Herrera y otros con el delfín del gobernador. Hemos escuchado decir que no ganaron Aispuro, el PAN o el PRD, que más bien perdió el PRI. Si esto fuera cierto, entonces no hay por qué darle vueltas al asunto: “haiga como haiga sido”, dicho partido se hizo el harakiri.
Pero también podemos comentar que el problema del PRI no son los jóvenes, los maduros o los viejos. Sería, más bien, que no se dieron cuenta cuando llegaron a la cúspide del poder, ciegos de soberbia nunca vieron la avalancha que se les venía desde el Himalaya. Para el PRI en el ‘68 fue la primera llamada, en el 2000 la segunda, posiblemente en 2018 sea la tercera y  la última para dar paso, en el futuro, a una sociedad mexicana informada, politizada, divorciada día a día de la clase política y de la partidocracia que se empeña en seguir secuestrando el voto de los ciudadanos. Ya les dijo Guerrero Mier a sus compañeros de partido: si volvemos a hacer las cosas como en el ONMPRI, de una buena vez hay que contratar al Mariachi Vargas de Tecalitlán para que nos cante Las Golondrinas…



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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.