Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 19 de febrero de 2016
Ahora sabemos por qué Pedro Ávila Nevárez nunca fue gobernador
“Hay gente que adora la plata y se mete en la política, si tanto les gusta la plata que se metan al comercio o a la industria, que hagan lo que quieran, eso no es pecado, pero la política es para servirle a la gente”
-José Mujica, expresidente de Uruguay
El viernes pasado, en el Museo Nacional Francisco Villa se presentó un ensayo biográfico de la autoría de Luis Ángel Tejada Espino sobre la vida pública, política y las luchas sociales de Don Pedro Ávila Nevárez. No sabemos cuánto tiempo pueda pasar para ver otra vez el museo de Villa lleno a su máxima capacidad, con gente que tal vez ni siquiera conocía el museo, lleno de cientos de pobres en representación de los más pobres que tenemos en Durango, esos pobres que Don Pedro sigue ayudando, esa gente que con el tiempo ha convertido a Pedro Ávila Nevárez en el líder social más respetado de Durango. Esos vulnerables que le han dado poder a Don Pedro frente a los poderosos para ayudarlos con una cobija o hasta dejar en libertad a un ser querido. Platicando en una ocasión con un escritor, periodista y crítico literario sobre la vida de Ávila Nevárez, comentaba que aparte de biografía es también un personaje que da para escribir una novela histórica, y que en su opinión, aparte del líder social solo Ismael Hernández Deras y Gonzalo Yáñez cubrían el perfil para escribir una novela, coincidimos con el escritor: los líderes sociales como Don Pedro, no nacen todos los días y tampoco políticos como Gonzalo, con talento, pero también mesiánicos y megalómanos, o como Ismael: con oficio político, fuera de serie. Le preguntamos al escritor y periodista que cuál sería la primera pregunta que él le haría a Don Pedro Ávila Nevárez: Don Pedro, ¿por qué usted nunca pudo ser gobernador de Durango? Ironías o cosas del destino: ese viernes en el Museo Francisco Villa, Pedro Ávila Nevárez nos la contestó sin necesidad de haberle preguntado: “aquí se encuentra el exgobernador que me ayudó a ser todo lo que soy, me refiero a Ángel Sergio Guerrero Mier, y que si él hubiera sido más tiempo gobernador, yo hubiera llegado a ser senador de la república y gobernador de Durango”
Escuchamos decir a Pedro Ávila Nevárez: “Todavía tengo muchas cosas que contar y algún día lo haré”. Quiere decir que se podría escribir Pedro Ávila Nevárez 2ª parte. ¿Cómo hubiera sido el gobierno de Pedro Ávila Nevárez? Seguramente un gobierno de los pobres, el que tanto han esperado los duranguenses, hubiera terminado su sueño: el ferrocarril Durango-Mazatlán que, por cierto, el gobernador Jorge Herrera Caldera se comprometió públicamente con Don Pedro a apoyarlo hasta el último día de su mandato para juntos lograr ese proyecto, promesa que se ganó el aplauso de la tarde, unánime, de la gente que ha seguido a Don Pedro. Con sus matices, Ávila Nevárez hubiera sido el José Mujica de Durango. Hasta la fecha, Pedrito no tiene casa propia, no es dueño de un coche ni vive con lujos después de una larga carrera en el servicio público.
A José Mujica nunca se le acusó de ser un “faraón que lo mareó el dinero y el poder”, o de tener una casa blanca en algún lugar de Uruguay. De Don Pedro, que fue diputado local, diputado federal, entre otras cosas, no hemos sabido que tenga en algún fraccionamiento de lujo una “casita chiquita para una mujer bonita que lo quiera acompañar”. Tal vez nunca tengamos en Durango un gobernador con las virtudes y defectos de Ávila Nevárez. Por ejemplo, recordamos a un político de “izquierda” que prometió acabar con los pobres de Durango y con lo único que acabó fue con la pobreza de su familia. Por lo pronto, no vemos en ningún partido político local quien pueda seguir el ejemplo de Don Pedro. Todos quieren el poder para hacer negocios privados, los líderes como Pedro Ávila Nevárez son una rara especie en extinción.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
Pero Pedrito es dueño -con prestanombres- de las intocables "ventanas clandestinas"- de Zarco e Izauro Venzor, entre otras, dice.
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