Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 12 de febrero de 2016
El Congreso del Estado entre la espada y la pared
“Los derechos humanos están por encima de posturas personales”
-Ivan Gurrola Vega, diputado del PRI
La iniciativa del diputado del PRD Israel Soto Peña para reformar el artículo 134 del Código Civil del Estado de Durango, que será votada el próximo martes en el Congreso local, podría legalizar el matrimonio entre personas del mismo sexo. Conforme cambia la sociedad el derecho tiene que hacer lo mismo: las leyes que hacen los legisladores son para estar acordes con la realidad. Así como tenemos una quinta Constitución, porque de acuerdo a los expertos ya era necesario adecuarla al Durango actual, el ejecutivo federal mandó a las Cámaras las iniciativas para reformar la Constitución y dar paso a las reformas energética, laboral y de educación para que México entrara por fin a la modernidad. ¿Entonces para qué tanto brinco estando el suelo tan parejo?
Arturo Kampfner, que está demostrando oficio político como presidente de la gran comisión del Congreso del Estado, está personalmente en contra de que se apruebe la reforma al Código Civil, pero Kampfner es un diputado inteligente y dueño de una cultura que no es común en los políticos, entiende su responsabilidad. Sabe que la Suprema Corte de Justicia de la Nación se pronunció al respecto de los matrimonios gay, y no ignora lo que dice el artículo 1° de la Constitución, en su capítulo I trata de los derechos humanos y sus garantías. Lo mismo el diputado Ivan Gurrola; acepta estar a favor de la familia tradicional, pero a la hora de votar opina que hay que dejar a un lado las creencias personales y respetar los derechos humanos. El Estado hace las leyes y estas no son selectivas ni optativas, son iguales para todos. En nuestro marco jurídico, las personas tienen derechos y obligaciones, por ejemplo: el artículo 31 Constitucional en su fracción IV establece que los ciudadanos tenemos que contribuir para los gastos públicos, así de la federación como de la Ciudad de México o del estado o municipio en que residan, de manera proporcional o equitativa que disponen las leyes. De esta obligación se deriva el derecho a saber en qué y cómo se gastan nuestros impuestos.
Los diputados que votarán el próximo martes deben asumir su responsabilidad, si bien en lo personal pueden estar en contra, como diputados no, ya lo manifestó claramente el diputado Ivan Gurrola. Los ministros de la Suprema Corte que ampararon a los quejosos para sembrar, cosechar y transportar con fines lúdicos la marihuana, es muy posible que en lo personal no estén de acuerdo con que la gente fume marihuana, pero ese no fue el tema, el asunto es que tuvieron que ampararlos porque un artículo de la Ley de Salud era inconstitucional y violaba un derecho humano, entre otros el del desarrollo libre de la personalidad. Lo que se debe entender es que la ley no es cuestión de gustos: si los diputados votan en contra, lo único que lograrán es posponer el matrimonio entre personas del mismo sexo que con amparos en los órganos jurisdiccionales competentes los ganarán sin ningún problema. Hay que recordar que los cuatro quejosos que ganaron los amparos ni siquiera son consumidores de marihuana, lo hicieron porque en este país alguien tiene que defender los derechos humanos que están en la Constitución. Los diputados locales podrán argumentar asuntos de moral y religiosos o de otra índole, pero no pueden ir en contra de los derechos humanos.
Nos unimos a la invitación que está haciendo circular el Instituto de Cultura del Estado a la presentación del libro Vida y Anécdotas de un líder: Pedro Ávila Nevárez, hoy viernes a las 5:30 de la tarde en el Museo Francisco Villa. Será interesante escuchar las opiniones del Gobernador Jorge herrera Caldera, Lalo Campos, José Ángel Nevárez y Enrique Torres Cabral sobre el ensayo biográfico que de don Pedro escribió el historiador oficial del PRI Luis Ángel Tejada Espino. Uno de los méritos de Pedro Ávila Nevárez es que hizo y sigue haciendo historia al interior del PRI, don Pedro puede estar satisfecho: nunca ha sido un priísta del montón, no ha necesitado estar en lo más alto del poder para ganarse el respeto y la gratitud de muchos duranguenses.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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