viernes, 25 de abril de 2014

¿Dónde escribió di Lampedusa El Gatopardo, en Sicilia o en Los Pinos?

"Porque todo cambia en esta vida, sólo mi cariño no ha cambiado"
-Manuel Pomian, compositor
Con tantas reformas, a los diputados y a los senadores se les hizo bolas el engrudo. Hay una reforma, la de telecomunicaciones, donde las famosas leyes secundarias debieron ser aprobadas desde el mes de diciembre, en las que, de acuerdo a los expertos, hay una clara violación a nuestra Constitución, pero nuestros legisladores no se dan cuenta o no les importa, casi podríamos asegurar que la mayoría no ha leído la Constitución, sólo se acuerdan de ella cada 5 de febrero. Lo más grave es que estamos en manos de ellos, una de sus funciones fundamentales es crear las leyes para toda la sociedad y no sólo para una parte de ella, como es el caso de la de telecomunicaciones, con clara dedicatoria a Televisa.

Sin la democracia, cualquier país del mundo, tarde o temprano, puede caer en el autoritarismo o la dictadura, Siria y Egipto son los ejemplos recientes de regímenes autoritarios y, en el caso de las dictaduras, las últimas décadas del siglo XX en el Cono Sur. Durante el porfiriato se gobernó con "paz y orden", el peso valía igual que el dólar, la oligarquía vivía en el México virtual y los peones de las haciendas y los obreros de Cananea y Río Bravo, en el México real. Hubo una revolución social para que México cambiara su vida democrática, social y de justicia, que hubiera una justa distribución de la riqueza, pero nada cambió. El porfirismo fue reemplazado por una nueva clase política, la que hoy nos gobierna, y sólo se dedican a disputarse el poder por el poder, sean del PRD, PAN, o PRI, y los partidos chatarra, a los que conforman con una gota de poder. En México, tal parece que lo único que ha cambiado es la pobreza, sexenio tras sexenio millones de mexicanos ingresan a las estadísticas de la pobreza y otros a la pobreza extrema. Pero también las fortunas de los hombres más ricos
de México cambian cada año de acuerdo a la revista Forbes, los Slim y los Azcárraga, gracias al sudor de su frente, aumentan sus fortunas en millones de dólares. Esos son los que viven y disfrutan en el México virtual, y los demás, como usted y yo, habitamos el México real.

Al poder le asusta la democracia, pero vive de ella y lo hace muy bien. Si el PAN piensa que con la creación del INE pasaremos del subdesarrollo democrático al primer mundo, tenemos dudas al respecto. ¿Quiénes conforman el INE?, son los mismos que componían al IFE, ¿por qué los partidos no insacularon a los aspirantes para integrar al INE?, por una razón muy sencilla: no hubieran metido las manos para repartirse a los consejeros, como así sucedió. El INE es una tristeza porque nació partidizado, y, como diría Martín Urieta: ¿qué de raro tiene? Dicen los del PAN, con la alegría al estilo Jalisco, que ya los congresos de los estados no podrán nombrar a los consejeros estatales, léase los gobernadores, que por fin el IFE, perdón, el INE, ya aprobadas alas leyes secundarias, podrá hacerlo. Existe una lógica: si los partidos políticos pusieron a los consejeros del INE, no se vaya a sorprender usted si a los consejeros de los estados, o como se vayan a llamar, les suceda lo mismo. Si el país se gobierna desde Los Pinos, ¿por qué cambiar la democracia a la mexicana, que tan bien funciona? Podrá ser cierto que los congresos de los estados ya no intervendrán en estos asuntos, pero la partidocracia jamás dejará de hacerlo y sólo parece que un milagro guadalupano podrá salvarnos de la pesadilla que nos ha costado a los mexicanos miles y miles de millones de pesos y como dijo Don Teofilito.

Usted pensará que somos pesimistas, por supuesto que no, vemos el futuro de la democracia con optimismo, como José Saramago veía el mundo. Al poder en cualquier país y parte del mundo le pueden quitar los caminos, pero las veredas, ¿cuándo?. En México, el poder, lo tenga quien lo tenga, el partido que sea, siempre será lo mismo. Para que México cambie en serio y no todo siga igual necesitamos cambiar nosotros, la partidocracia existe porque nosotros nos hemos
convertido en sus cómplices, los legisladores deciden por nosotros porque lo permitimos, hay senadores como el prianista- a lo que el contesta "uy, sí, cómo no"- Javier Lozano porque nosotros lo dejamos. Para llegar a la democracia sólo hay que perder el miedo y dar un paso: hacernos demócratas.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.