Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 13 de octubre de 2013
¿Será posible cambiar de sede al Congreso del estado?
La propuesta del diputado José Alfredo Martínez Núñez no es tan descabellada como piensan muchos, al proponer el cierre parcial del recinto legislativo y, de esa manera, dejarle al público la otra parte parcial, o sea la que se encuentra en la parte de arriba del edificio del Congreso, como sucede en las plazas de toros, unos en la sombra y otros en los tendidos de sol, o como en la plaza IV Centenario, en los espectáculos del Festival Revueltas 450, unos en la zona VIP y a los demás, que Dios los ayude en las gradas, para eso les ponen pantallas gigantes de televisión, para que vean a su artista favorito y todos contentos. El diputado Martínez Núñez podría convertirse en uno de los mejores legisladores de la actual legislatura, para que los medios de comunicación que acuden a cubrir lo que sucede en el Congreso, no extrañen a Enrique Benítez Ojeda.
Son tan sólidos los argumentos del diputado del PRI, perdón, del Verde Ecologista, que es muy probable que su pronunciamiento pase a comisiones para su discusión en su momento votar en el pleno. Argumenta el diputado que: “no es posible que algunos irrespetuosos lleven a los extremos y con cosas que se les ocurran para llamar la atención, desde cajas de muertos hasta tanques de gas”, se le olvidaron las coronas que llevan al Congreso, que son para una funeraria o para el panteón de Oriente, que sería lo correcto. Pero nos aclara, en un acto de democrática honestidad, que no se trata de llevar al extremo o de impedirle el paso a los
ciudadanos que votaron por ellos y que, de pasadita, les pagan sus sueldos y prerrogativas, a lo que atinadamente el diputado llama una “sala” que es del pueblo. El discurso medular del diputado José Alfredo consiste en que no se abuse del derecho de manifestación, cualquiera puede hacerlo, peor que no se le ocurra violar ese derecho consagrado en nuestra constitución, porque si lo hace será acusado de radical o de anarquista, que hoy está tan de moda. Por último, el inteligente diputado exhorta a sus compañeros en el Congreso a que pongan atención, a que guarden silencio, a que no se distraigan saludando a todo mundo y atendiendo a los medios de comunicación para que escuchen lo que dicen en tribuna sus colegas legisladores. Tiene razón Martínez Núñez; son tan importantes e intensos los debates en el Congreso, que nadie les hace caso.
La pregunta es: ¿fue cosa del diputado Martínez o le dieron línea? Tal parece que así es, porque declaró a los medios que el asunto del posible cierre parcial del Congreso se está analizando y ahí está el detalle. ¿Será necesario llegar a esos extremos? De ser así, nuestros diputados locales les pueden pedir asesoría a los diputados federales de cómo le han hecho con los que violan el derecho a manifestarse. Si mal no recordamos, no hace mucho los legisladores de San Lázaro sesionaron en una sede alterna en el Centro Cultural Banamex, lo hicieron sin ningún problema, claro está, eso costó varios millones de pesos, no a ellos, sino a nosotros, pero al final como hubo algunos problemas, se tuvieron que regresar a San Lázaro y para que nadie los molestara, ¿qué es lo que hicieron?: muy sencillo, miles de policías federales cercaron la “sala del pueblo” y así, evitaron la toma del Congreso y de la
Tribuna, aunque en ocasiones, como usted sabe, son los diputados del PRI, PAN, PRD, PT, MC, Alianza, Verde Ecologista, según sea el caso. Ellos sí pueden tomar la tribuna, para eso son diputados, pero no los ocurrentes o los radicales, porque estos sí violan el derecho de manifestación. No dude usted que los ciudadanos de Durango se seguirán manifestando en el Congreso cuantas veces sea necesario, y como bien apunta el diputado Juan Quiñones Ruiz: las puertas del Congreso deben estar siempre abiertas para el pueblo, la seguridad para que no suceda nada ya es cuestión del Congreso, ¿cómo la ve?
No cabe duda: cuando andan en campaña buscando nuestro voto para ser diputados, son unos, y cuando terminan de tomar protesta, les sale su verdadero yo: no les importamos. No sería malo recordarles a nuestros legisladores locales que ellos no son dueños del recinto del Congreso y si les molesta que los ciudadanos protesten por la razón que sea, entonces resuelvan los problemas antes de que lleguen al Congreso, o legislen para que el pueblo que los eligió sólo los pueda ver por internet, al cabo tenemos este servicio libre y gratuito en todo el estado. También pueden solicitar la fuerza pública, como hoy se estila en muchos Congresos del país, ¿a usted qué sede alterna le gusta para que nuestros diputados no sean molestados?
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
Como sede alterna, el CERESO
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