Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 20 de octubre de 2013
El viejo sueño de los campesinos y productores, una realidad: Rubén Escajeda
Parafraseando a Porfirio Díaz: Los campesinos y productores, tan lejos de la banca de desarrollo y tan cerca de los inversores, coyotes y agiotistas
Durante más de 50 años, siempre fue un justo reclamo de los duranguenses tener una ruta que sea un factor importante de desarrollo, y así dejar atrás la pesadilla que por mucho tiempo hemos vivido: Ser el estado más pobre del norte del país, conocido como el Chiapas norteño. A partir de la apertura de la carretera Durango-Mazatlán por parte de Enrique Peña Nieto y Jorge Herrera Caldera, justo es reconocer que los duranguenses han visto que un sueño es posible, ahora viene lo más difícil: hacerlo realidad. De acuerdo a los expertos en temas financieros, economía, desarrollo y planeación, a partir de hoy ya no tenemos pretextos para no salir de nuestro rezago histórico, porque no hay mal que dure cien años ni estado que los aguante. Por fin nos llegó a los duranguenses la oportunidad para demostrar de qué estamos hechos.
Con sus matices de por medio, si todo sale bien, gracias a que la CNC logró meter en la reforma financiera algo de lo que muy poco se habla, pero tiene y tendrá una importancia para los campesinos y los productores de todo el país: nos referimos a la banca agropecuaria. Con ello, desaparecerá la Financiera Rural, que sólo fue burocracia y cero eficiencia, para dar paso a una banca de desarrollo social, rural, forestal y pesquero con el fin de dar financiamiento directo a campesinos y productores. También se cambiarán las reglas financieras en dicho proyecto, con lo cual se
tuvo que recorrer, para lograrla, un largo camino. Han sido Gerardo Sánchez García, senador y líder nacional de la CNC y Rubén Escajeda Jiménez, diputado federal y coordinador de los diputados de la CNC en la cámara baja, a los que mucho se les debe la creación de la banca agropecuaria. No hace mucho, en una importante reunión nacional cenecista, el presidente nacional del PRI, César Camacho Quiroz, les dijo a los asistentes que sin la CNC no existiría el PRI y el diputado federal, nativo de San Juan del Río le reviró: Y sin campo no hay país. ¿Qué tan cierta es la afirmación de Escajeda Jiménez? Tiene razón, si tomamos como ejemplos a países como China, Rusia o Estados Unidos, que son los grandes productores de granos en el mundo y lo son porque le apostaron a invertir y producir en el campo.
Pero, ¿qué se necesita para que el campo mexicano sea productivo? Ya adivinó: recursos y más recursos. ¿Por qué hoy tenemos la carretera Durango-Mazatlán? Se le invirtieron más de 28 mil millones de pesos, sin este recurso que se utilizó para su construcción, los duranguenses seguiríamos soñando con ese proyecto, como dice el refrán: no hay negocios de saliva. El campo mexicano, y en especial el de Durango, no puede seguir mirando al cielo para que llueva, necesita, entre otras cosas, una política hidráulica agresiva para tener el mayor número de hectáreas de riego, se requiere una banca moderna y social como la que han logrado Gerardo Sánchez, Rubén Escajeda y la CNC nacional, un banco donde se eliminen los perversos requisitos para lograr un crédito y elimine los tiempos que se tardan en llegar los recursos, que las garantías sean lógicas y no como las de la banca comercial, que exige garantías 3 a 1 y, en ocasiones, hasta el acta de
defunción. Da gusto saber que la banca agropecuaria tendrá acceso a créditos de organismos financieros internacionales con bajas tasas de interés, y no como la banca “mexicana”, en pocas palabras, si los millonarios de este país, que son unos cuantos, tienen sus propios bancos e instrumentos financieros, entonces, los que producen en este país ¿por qué no?
Hay algo muy importante que señalar: Por ser una banca social, recibirá subsidio del gobierno federal y no podrá ser una banca de ahorro, será un dispersor que otorgará créditos a los campesinos y a los productores. Qué importante es que este proyecto de banca agropecuaria elimine a los dispersores que abundan en el país y Durango no es la excepción, ¿Cuál es la función de dichos dispersores?: Trabajar poco y ganar mucho. Ellos, con subsidios del gobierno, han funcionado como una banca particular, lo mismo son proveedores en especie de los campesinos y productores del campo y cuando los campesinos levantan sus cosechas les dicen: “Toma chocolate, paga lo que debes”. Los campesinos no pueden seguir viviendo de milagro: están en manos de los inversores, acopiadores, coyotes, agiotistas y que Dios les mande la lluvia. Todos esperamos que en un tiempo prudente se vean los resultados se vean los resultados de la carretera Durango-Mazatlán en la que al final tuvo que ver mucho Jorge Herrera Caldera, como en la banca agropecuaria, que tanto impulsó Rubén Escajeda, debemos de ver los primeros resultados a partir del 2014.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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