Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
viernes, 11 de octubre de 2013
Los presidentes consejeros y los presidentes de los Tribunales: “¿Y nosotros por qué?”
“Me caí de la nube que andaba como a veinte mil metros de altura”
-Cornelio Reyna, compositor
En su momento, Vicente Fox Quesada se equivocó cuando, inocentemente, creyó que sacando a patadas al PRI de Los Pinos en automático iba a desaparecer el inmenso poder que el tri color acumuló durante 70 años de poder, un presidencialismo inspirado en el tlatoani de los aztecas. Fox se volvió a equivocar: confundió la residencia oficial con una varita mágica, y con ella acabar con las estructuras del viejo sistema priísta, por eso, desde el primer día en que se despertó como presidente de la república, se dio cuenta que una cosa era ganar el poder presidencial en las urnas y otra, ejercerlo. Él prometió acabar y desmantelar el poder del PRI. Cuando habló con la señora Martha del tema, seguramente fue ahí donde por primera vez dijo una de sus frases frívolas que lo haría famoso: “¿y yo por qué?” Si esto no fue así, que a usted no le preocupe, los escritores siempre acaban hablando de la realidad como si fuera ciencia ficción.
El caso de Enrique Peña Nieto es muy distinto al de Fox. Peña nunca prometió sacar de Los Pinos a patadas al PAN, ni desmantelar el poder de los blanquiazules, porque, simple y sencillamente, nunca supieron ejercerlo y sólo lo usaron para aumentar la corrupción, el número de pobres, eso sí, muchos terminaron multimillonarios. Pero hay que reconocerlo, los panistas probaron la droga más peligrosa del mundo: el poder. Y, paradójicamente, ese es el precio que tendrá que pagar Peña Nieto con eso que se llama Pacto por México. Mucho tememos que EPN haya caído en la trampa que le tendieron el PAN y el PRD, por un momento, Peña Nieto pensó que llegando a acuerdos con las cúpulas partidistas, enviando iniciativas, una tras otra, se las iban a aprobar, todas ellas en las cámaras. Sin duda equivocó la estrategia. Claramente, la izquierda y la derecha le han dicho: sin reforma política no habrá energética. Y como siempre hay quien pague los platos rotos, ahora les tocó el turno a los presidentes de los Institutos Ciudadanos de los estados y, ya encarrerado el gato, a los presidentes de los tribunales electorales, y, por si esto fuera poco, como si se tratara de los ciclones Ingrid y Manuel, ese mismo efecto se les podría venir a los gobernadores de los estados, porque de acuerdo a los del PAN y del PRD, sostienen que al presidente y a los consejeros, al presidente del tribunal estatal, en complicidad con los diputados de los
congresos locales, ,los gobernadores nombran a sus amigos y así tener el manejo y control de las elecciones: ¿Usted cree que el PRD y el PAN dicen la verdad?
¿Se quedarán cruzados de brazos, los institutos electorales, los presidentes de los tribunales electorales del estado y los gobernadores? Por supuesto que no. He ahí el insignificante problema político que tendrá que resolver en la brevedad posible Enrique Peña Nieto, todavía muchos no salimos de nuestro asombro: encabezados por su presidente de la asociación de Tribunales y Salas Electorales del país, acaban de anunciar que, de ser necesario, fundarán un TUCOPP: “Todos unidos contra PAN-PRD” Manifestando que de ninguna manera permitirán la creación del Instituto Nacional Electoral, lo mismo se opondrán a un Tribuna Judicial Federal Único, con argumentos que resultan devastadores: Afirman que violan sus derechos humanos, el pacto federal, la soberanía de los estados, etc. Pero lo más importante es que se pueden quedar sin empleo, como millones de mexicanos, y ello podría aumentar las estadísticas de desempleo del INEGI, perderían, también, sus sueldos de privilegio, los cuales les pagamos con nuestros impuestos, salarios que ganan haya o no
haya elecciones. Un ejemplo: Aquí en Durango habrá elecciones locales hasta el 2016, pero, cada año, a los diputados les aprueban millones de pesos, los pretextos nunca faltan. No hay que sorprendernos, si un día estos protagonistas, posibles víctimas de la reforma electoral, los veamos marchando por todas las calles del país o tomando los congresos estatales como medida de presión, podría ser posible que los veamos bloqueando la calle Reforma en el Distrito Federal, o retando a la Policía Federal para intentar rescatar el zócalo.
¿Cómo irá a resolver Peña Nieto este problema?, ¿Logrará convencer a sus gobernadores para que lo apoyen y sacar adelante a la madre de todas las reformas con un costo político tan alto?, si la reforma político-electoral es aprobada para dar origen al Instituto Nacional Electoral y al Tribunal Judicial Electoral Único, veremos, en su momento, una lucha jurídica y política, encabezados por los gobernadores de los estados a través de sus presidentes electorales y el de los tribunales estatales electorales. Esta es, sin duda, la primera prueba de fuego de Enrique Peña Nieto, para demostrar que tiene los hilos del poder en las manos, y
que puede llegar a acuerdos no sólo con el PAN y el PRD, también con sus compañeros gobernadores donde gobierna el PRI.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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