domingo, 26 de mayo de 2013

¿Por qué Humberto Benítez Treviño sí y Rosario Robles Berlanga no?

Poco se dice el papel tan importante que jugaron las redes sociales para que Peña Nieto tomara la decisión de quitarle la PROFECO a su maestro Humberto Benítez Treviño por el problema en el que lo metió su hija, hoy conocida como “Lady Profeco”. Es una medida dolorosa, pero necesaria. Si analizamos hoy, a la distancia, el asunto de la SEDESOL, el cual todos conocemos gracias a los videos y grabaciones que le dieron vuelta al mundo a través de los medios de comunicación, pruebas que dio a conocer el presidente del PAN, Gustavo Madero. Evidencias que en otra parte del mundo hubieran sido suficientes para que renunciara a la SEDESOL Rosario Robles, y en Veracruz, sacrificaron al director de Finanzas y a otros funcionarios de medio nivel a cambio de proteger al gobernador. Pero como en este momento, políticamente hablando, le representa mucho la señora Robles Berlanga a Enrique Peña Nieto, haberla hecho renunciar podía haber puesto en riesgo la política social del gobierno federal. Por supuesto que en el asunto de la SEDESOL, tan es así, que también puso en riesgo el famoso Pacto por México, que al final se arregló con la promesa de no comprar votos en los estados donde habrá elecciones este 2013 con los programas de SEDESOL, sólo así se logró, por el momento, mantener el pacto. La única duda que nos queda a los ciudadanos es ver si se cumplen tan hermosas intenciones, ya lo veremos en unos cuantos días. El problema es que en la política mexicana en algunas ocasiones pagan justos por pecadores, y, en otras, como decía el doctor Gustavo Baz en su famosa ley de hilados y tejidos, que en su primer y único artículo dice: El hilo se revienta siempre por lo más delgado. Mucho tememos que esta ley se le aplicó al hoy ex procurador de la PROFECO, Humberto Benítez Treviño. Sin lugar a dudas, es mucho más grave lo que sucedió en Veracruz que en el caso Lady PROFECO. Por eso no entendemos por qué no se mide a los que integran el gabinete de Peña Nieto con la misma vara. No hace responsable a Rosario Robles de lo que sucedió en Veracruz, debido a que el gobierno de ese estado estaba operando la compra del voto para favorecer a los candidatos del PRI a través de la delegación de SEDESOL, pero sí es suficiente la prepotencia y la frivolidad de la hija de Benítez Treviño para pedirle su renuncia. No podemos evitar preguntarnos también por qué no Romero Deschamps y sí Elba Esther Gordillo. ¿Hay alguna diferencia entre estos dos personajes en lo que a corrupción y fortunas millonarias se refiere? Claro que no. Alguien con sentido del humor nos podría decir que sí hay una diferencia: Que Romero Deschamps está libre y la maestra está presa. Algún otro diría que podría existir otro matiz, ¿Cuál es el más rico de los dos, quién de ellos tiene más propiedades en México y el extranjero? En el fondo lo que sucede es que el sistema político mexicano tiene sus propias reglas. No importa quién sea el presidente de México ni a cuál partido pertenezca: “Haiga como haiga sido”, Elba Esther Gordillo ya no le era funcional al sistema al contrario, representaba un serio peligro por el inmenso poder que ellos mismos le dieron, primero el PRI y después el PAN. El caso de Romero Deschamps es diferente, hasta el día de hoy lo necesitan, por eso lo hicieron senador de la república y lo tienen al frente del sindicato de los petroleros, que más bien parece ser accionista de la paraestatal, donde hay dinero y negocios en serio. ¿Hasta dónde puede llegar el PRI en sus ajustes de cuentas? El próximo podría ser el ex gobernador de Tabasco, Granier, pero no Humberto Moreira, si Enrique Peña Nieto ya tomó la decisión de limpiar la casa, entonces serán muchos los que tendrán que poner sus barbas a remojar, ¿o no cree usted?

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.