El jefe de gabinete es una figura de origen europeo, en países con un sistema parlamentario. En América, desde 1994, Argentina incorpora en su gobierno al jefe de gabinete. Y qué decir de esta figura en la Casa Blanca, en Estados Unidos, donde este puesto es de primer nivel en el poder. Tan poderoso es que es conocido como el segundo hombre más poderoso de Washington. Quienes ocupan esas posiciones son, sin duda, gente muy cercana a la presidenta o presidente de un país, y son el brazo político que requiere cualquier administración, ya que en los hechos coordina al gabinete y es el responsable de ello ante la figura presidencial del funcionamiento y gobernabilidad de un Estado.
En México, por mucho tiempo de manera fáctica esta función recaía en el Secretario de Gobernación, con López Portillo fue Jesús Reyes Heroles, pero es con Carlos Salinas de Gortari que se inaugura con José Córdoba Montoya una especie de vicepresidente, o el hombre detrás del poder. Con Peña Nieto, el equivalente es Luis Videgaray, entonces tenemos en México sin que exista en nuestra Constitución nombrar a un jefe de gabinete. Los presidentes de la República en turno siempre han tenido una persona de su confianza al frente de los Secretarios de Estado. En Durango, con sus matices, para seguir con la cultura presidencialista han tenido su brazo derecho para gobernar, teniendo cerca un hombre de todas sus confianzas. En los tiempos de Ismael Hernández Deras, se habló mucho de que Adán Gallardo era su operador político. Con Jorge Herrera Caldera se decía que dos personajes de su círculo íntimo familiar se convirtieron en
influyentes operadores. Con la alternancia, hoy contamos con dos jefes de gabinete: Carlos Maturino por parte del Gobierno del Estado y Alejandro castro ramirez , del gobierno municipal. Maturino por mucho tiempo ha sido muy cercano al gobernador, le tiene toda la confianza y por eso lo hizo su jefe de gabinete del gobierno estatal.
En el caso de Castro Ramírez, abogado de profesión, no deja de llamar la atención cómo llegó al primer círculo de José Ramón Enríquez, que lo nombra jefe de gabinete de la presidencia municipal. Como muchos recuerdan, Alejandro Castro Ramírez fue secretario del hoy gobernador José Aispuro Torres, juntos vivieron aquel famoso 2010. Pero como la política se parece al amor, donde nada está escrito, al igual que José Alfredo Jiménez, cada quien agarró su camino y cada quien escogió su estrella. Carlos Maturino se la jugó con Aispuro, y ahora Alejandro se la está jugando con José Ramón, el que puede terminar siendo candidato del PAN o de MORENA, porque los proyectos políticos no tienen colores partidistas, solo quieren cumplir un sueño: conseguir el poder.
Pero el problema no son los nombramientos lo que importa, sino que se reflejen en el buen funcionamiento de las administraciones, ya sea la estatal o la municipal. Hasta donde sabemos, Castro Ramírez tiene más de 18 años en el sector público, se inició como analista jurídico en la Suprema Corte de Justicia de la Nación. Cuando rompió su relación con Aispuro, desde entonces ha estado con Rosario Robles, José Antonio Meade y un hombre cercano a Peña Nieto: Luis Miranda.
Los analistas políticos locales comentan que ya les urgen operadores políticos tanto al gobernador como al presidente municipal. En el caso del municipio, no se mueve la hoja de un árbol sin la voluntad de José Ramón Enríquez. Se dice que a su círculo cercano ni los ve ni los oye, y de paso tiene el control sobre los regidores del PAN y del PRD. No ha nacido el político que pueda gobernar sin operadores políticos: ni el poder absoluto, ni las dictaduras, aunque sean perfectas . Al final, han fracasado.
En teoría, Carlos Maturino es el jefe del gabinete de gobernador, lo mismo Alejandro Castro Ramírez en el municipio. Estos deberían tener la autoridad en sus respectivos gabinetes, y eso incluye al Secretario de Gobierno del Estado y al Secretario de Finanzas del Municipio. Tal vez exista la buena voluntad de Aispuro Torres y de Enríquez Herrera con sus respectivos jefes de gabinete, pero a veces en política la buena voluntad no basta, porque no solo de un nombramiento vive un político. Por ejemplo: ¿qué pasó el pasado martes en el evento de Óscar García Barrón, donde estuvo el gobernador del estado, y el maestro de ceremonias anunció a José Luis Ibáñez como representante de Adrián Alanís? ¿No bastaba la sola presencia del gobernador para representar al ejecutivo?
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