viernes, 3 de marzo de 2017

¿Qué sigue después de la operación Laguna?, ¿La reelección o el senado?


La clase política mexicana, conocida en el mundo entero por ser una de las más desprestigiadas, parafraseando a Luis Buñuel, ¿será por el discreto encanto del poder? Y no hay que buscar en ningún lugar del país a un integrante de la citada política nacional, aquí en nuestra callada y tranquila ciudad colonial-y ahora agréguele “te quiero culta, te quiero feliz, te quiero segura, te quiero sin baches”…-tenemos políticas y políticos que pueden ser ejemplo a nivel nacional. Uno se sorprende por su hiperactividad, nos preguntamos a qué horas duermen o comen. En una semana pueden viajar a varios lugares de México y del extranjero, pero los vemos tan frescos y rejuvenecidos como una lechuga o como el viejo comercial de un whisky: siempre tan campantes. En resumidas cuentas, solo podemos imaginar que esa vitalidad es por la adicción que sienten por el poder, les da las fuerzas que nosotros los ciudadanos no tenemos. Si acaso nos quedan para ir a una casilla a votar por ellos en un día de elecciones. Ahorita, sin lugar a dudas, el político local del momento es el presidente municipal José Ramón Enríquez Herrera. Como diría el clásico: me tardé doce años en llegar, pero llegué. Desde los tiempos de Ismael Hernández Deras, pasando por el sexenio de Jorge Herrera Caldera, el Dr. Comenzó a construir su proyecto político. Buscó, sin éxito, ser presidente estatal del PRD, que por cierto hoy tiene a dos de sus operadores políticos afiliando a ciudadanos al partido del sol azteca, sobre todo a aquellos que recurren a la Secretaría de Desarrollo Social del Municipio. Todo esto pensando en 2018. El oftalmólogo es un político fuera de serie: mide cada centímetro que camina, en sus planes, apoyado por Juan
Quiñones Ruiz y Rodolfo Dorador Pérez Gavilán, ya tiene su estrategia para seducir a las palomitas blancas vestidas de azul. Y ya con el Partido Acción Nacional y el de la Revolución Democrática en sus manos, a ver quién lo puede parar rumbo a una candidatura a una diputación federal, a una senaduría o mínimo a reelegirse como presidente municipal. Y de ahí, con alfombra roja de por medio, rumbo al Bicentenario…y tal vez termine como Álvaro Obregón, diciendo: “desde aquí veo la Residencia Oficial de Los Pinos”. Sin embargo, no debemos olvidar que la política es como el amor, nada está escrito, uno puede despedirse de la mujer que ama en la mañana, regresar en la noche y encontrarse en la mesa del comedor una nota donde nos dice: adiós, me voy, me enamoré de otro. Así sucede en la política.

El activismo político del Dr. Enríquez no es consecuencia de su responsabilidad como presidente municipal, sino de su proyecto político a futuro. No es ninguna casualidad que haya pensado en la presidenta municipal de Gómez Palacio, Leticia Herrera Ale, para nombrarla presidenta de la CONAMM, capítulo Durango, y mucho menos haberle mandado a hacer un busto a Don Carlos Herrera Araluce a un año de su muerte, porque los políticos, como dice la canción, no te venden un caballo por bueno ni se quedan pobres haciéndote rico. Cualquier líder de la FEUD o del Tecnológico sabe la importancia histórica y política de la señora Herrera Ale en La Laguna. Todos sabemos que es muy difícil que se mueva una hoja en esa región del estado sin su consentimiento. Y, por supuesto, no hay que olvidar que en Gómez Palacio se pueden definir las contiendas políticas del futuro. ¡Lástima, Margarito! La presidenta municipal de Gómez también tiene su proyecto político: ser gobernadora de Durango y así cumplir el viejo sueño de su padre. A la política
lagunera es muy difícil convencerla con el falso canto de las sirenas, o que alguien intente utilizarla o seducirla para lograr sus fines. Las y los que conocen a Leticia Herrera Ale, dicen que ya tomó una decisión: ser la próxima candidata del PRI al gobierno del estado, y ese espacio a nadie se lo cederá, por muy candidato ciudadano que sea.

Por otro lado, el proyecto político del oftalmólogo depende en un 80% de los panistas locales. Como en Durango no hay secretos, se sabe que José Ramón Enríquez está tejiendo para que en su momento sean él y Patricia Flores Elizondo los posibles candidatos a una senaduría. Es público también que José Ramón y Rodolfo Elizondo se hicieron los amigos del alma en la campaña del Dr. cuando buscó la presidencia municipal. Y ha de ser cierto, porque dicen que las amistades se reflejan en la nómina. Patricia Flores Elizondo, en su tiempo fue muy conocida en Los Pinos, y la mujer más influyente del sexenio calderonista. Pero aquí en Durango, aparte de su familia nadie la conoce, y mucho menos tiene trabajo político en el partido. Por otro lado, se comenta que la mayoría de los panistas locales encabezados por Rómulo Campuzano le harán la vida de cuadritos a Juan Quiñones Ruiz, Rodolfo Dorador, Lorenzo Martínez Delgadillo, y al propio Dr. Enríquez, para que no se salgan con la suya y se adueñen por enésima vez del blanquiazul. Ya qué falta para saberlo.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.