domingo, 14 de diciembre de 2014

¡Qué chulada de frijol pinto!: acopiadores incumplidos, a la cárcel


“Pa’ de hoy en adelante yo soy mano, no vuelvas, que hasta a ti te haré perder”
-Chucho Monje, compositor
En días pasados, los diputados anunciaron que el Código Penal del Estado será reformado, la finalidad: poder castigar con cárcel hasta por 12 años a los acopiadores que no cumplan sus obligaciones con los productores en la compraventa de su frijol. Si no les hacen sus pagos a tiempo, de acuerdo a los diputados, estarán en riesgo de pagar con cárcel dicha acción. Según los diputados, dicha reforma al Código Penal estará lista en cuestión de días y tendrá vigencia después de que se publique en el Periódico Oficial del Estado de Durango. Dicen los clásicos: hemos avanzado, pero no es la solución. Es decir, se están atacando los efectos, pero no las causas. Tal parece que en México y en Durango todo lo queremos arreglar reformando las leyes o los códigos. Claro, aunque nos demos cuenta de que en la realidad las leyes no funcionan.
Sin embargo, el tema del frijol no se resolverá del todo con la reforma que proponen los diputados. Por ejemplo, no se toca a los coyotes ni con la hoja de una mata de frijol. Y como se dice en derecho: Sin ley no hay delito, y sin delito no hay ley, por eso los coyotes cada año hacen grandes negocios con el frijol de los productores del estado. Lo que se debería hacer en serio, y no a medias, es poner orden en los esquemas de comercialización. ¿Quién va a castigar a ASERCA porque no le cumple a los productores con los famosos dos pesos?, ¿Qué no existe una ley de las responsabilidades de los funcionaros públicos? Tal parece que donde hay negocios, las leyes no sirven. Decíamos al principio que mientras no se ataquen las causas en el tema del frijol, las consecuencias serán siempre las que hoy estamos viviendo. ¿Sabía usted que desde hace 10 años el precio del kilo de frijol es el mismo que hoy se paga a los productores? Durante este tiempo se ha pagado el kilo de frijol a entre $5S y $6.50. Los coyotes son los que le ponen el precio al producto, como tienen la capacidad y recursos financieros, ya que todo esto se controla desde las grandes centrales de abasto del país, el consumidor final, que somos nosotros, lo terminamos pagando, en ocasiones, hasta en $20, y como estamos en una economía de libre mercado, todo lo que se haga es legal. Significa que en este tipo de economías las cosas son correctas, pero no están bien.
Para darnos cuenta de cómo funciona el negocio del frijol veamos el siguiente ejemplo: actualmente, los acopiadores, los “cumplidos”, pagan el kilo de frijol a $8. De este precio, los acopiadores reciben un subsidio de $1.50, lo que significa que están comprando, ellos, a $6.50 el kilo, que es el mismo precio que pagan los coyotes, ¿es pura coincidencia? De los $8 que el productor recibe por kilo, le quedan pendientes dos pesos, que, como cuestión cultural, los recibe muy tarde, o en ocasiones ni siquiera se los dan. Como dicen los campesinos: “son las mermas que nos hacen los acopiadores”. Al final de este asunto, los $3.50 que se dan por kilo de frijol, ¿sabe de dónde salen? Ya lo adivinó: de nuestros impuestos. Hay otro problema que queremos mencionar: los centros de acopio tienen una función social, razón por la cual un productor de frijol solo puede vender hasta 12 toneladas y si produce más, ese es su problema. Y si todo saliera como en un cuento de hadas, por 12 toneladas le pagarían $120,000. Este año el promedio por hectárea fue de 500 kilos por frijol, para cosechar 12 toneladas se tienen que sembrar 22 hectáreas, a cada una de ellas, siendo muy conservadores, se le invierten $6,000, que nos dan un total de $132,000: si se las pagaron las 12 toneladas en $120, 000 perdió $12, 000. Solo un pequeño detalle: los acopiadores lo compran a $6.50, y cuando llegan a venderlo a Diconsa lo venden en $12, es decir, a ellos por 12 toneladas de frijol les dan $264, 000. Para que vea usted que el campo mexicano si es negocio… para unos cuantos, pero no para quienes lo hacen producir.
¿Se corregirá el esquema de comercialización del frijol reformando el Código Penal del Estado? Rogamos a Dios que así sea. Así como hay de cal, también hay de arena: el gobernador Jorge Herrera Caldera ha adquirido el compromiso de estar al lado de los campesinos y los productores de frijol, para que todos los involucrados, ASERCA y los acopiadores, cumplan en tiempo y forma con los compromisos adquiridos con los productores, y todo indica que el señor gobernador ha tomado en sus manos este problema. Así que sobre aviso no hay engaño. Los acopiadores estiran o se ahorcan.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.