domingo, 7 de octubre de 2012

Los sindicatos, trampolines del poder: Caso UJED

No sabemos si los senadores, en los próximos días, aprueben la reforma laboral tal y como la mandó la cámara de diputados. De cambiarle cualquier cosa, se regresaría a la cámara de origen y podría correr el riesgo de irse a la congeladora. El asunto más polémico de dicha reforma, es el que se refiere a los sindicatos, su autonomía, su libertad sindical y la transparencia de los recursos de los trabajadores. Todos sabemos que los sindicatos se fundaron con el fin de organizar a los trabajadores, también para defender sus derechos. México se ha caracterizado por tener sindicatos muy fuertes, como es el caso del de los maestros, los sindicatos de nuestro país han hecho líderes y políticos poderosos, pasando por Luis Morones, Vicente Lombardo Toledano, Fidel Velázquez, Rodríguez Alcaine, Carlos Jonjitud Barrios, Joaquín Hernández Galicia, Elba Esther Gordillo, Francisco Hernández Juárez, Martín Esparza, Romero Deschamps y otros que por falta de espacio sería imposible citar. ¿Cuáles han sido los resultados? Líderes millonarios y traba jadores pobres, dirigentes convertidos en diputados o senadores y trabajadores que sólo sirven para votar por ellos y llevarlos al poder. Los sindicatos grandes o pequeños padecen del mismo síndrome: Utilizan a los trabajadores con el argumento de defender sus derechos y los pretextos son las supuestas violaciones al contrato colectivo de trabajo. En días pasados, el SPAUJED, le exigió a la rectoría que cumpla los compromisos firmados ante la JLCYA, la razón, de acuerdo a su líder el doctor José Luis Rojo Valdez, violaciones al contrato colectivo de trabajo por parte de las autoridades universitarias. Y más aun, decidieron en asamblea extraordinaria del Consejo Delegacional, emplazar a la rectoría con acciones de paros en diferentes escuelas y facultades para que se cumpla al cien por ciento su contrato. A nosotros no nos corresponde determinar si hay o no violación al contrato colectivo de trabajo, eso sería asunto de las distancias correspondientes. En este caso, más bien parece ser que se terminó la luna de miel entre el SPAUJED y la rectoría. El sindicato sabe que por muchos años, en la UJED las cosas no se cumplen por la sencilla razón de que no hay recursos suficientes, sin embargo, su líder sindical, Rojo Valdez, no toma en cuenta, por ejemplo, que hace poco tiempo ratificaron bases y nombramientos para la escuela de lenguas, para académicos del sistema virtual y los de TV UJED, que suman 60 beneficiados y otros 63 a profesores de diferentes escuelas y facultades. No creemos que la rectoría pretenda, de manera unilateral, tratar de desaparecer las jubilaciones dinámicas. De acuerdo a notas periodísticas, la rectoría ha cumplido su compromiso de otorgar jubilaciones a cuatro académicos por año, en el presente, se han jubilado 23 profesores, superando a los 22 del 2011 que alcanzaron esta prestación laboral. Así mismo, la administración central atiende la convocatoria del SPAUJED, para seguir con el tema de la homologación con la Universidad de Aguascalientes y no dudamos que, habiendo recursos, se hará en su momento. Nadie pone en duda los derechos del SPAUJED, pero como en nuestra máxima casa de estudios todo se politiza, el emplazamiento del sindicato tiene su dosis política y de intereses personales. Afirma el doctor José Luis Rojo Valdez, que un alto funcionario de la rectoría metió como catedrático de la FADER a su hijo, después de que un maestro sindicalizado se jubilara, y como en nuestra alma mater no se puede mover la hoja de un árbol sin su consentimiento, alegan después que hubo violación al contrato colectivo. La pregunta es: ¿Tiene el doctor Rojo Valdez la calidad moral para hacer ese señalamiento?, ¿Puede tirar la primera piedra? Vea usted. En la UJED, todo mundo sabe que en la facultad de medicina el doctor ha manipulado plazas para sus incondicionales y muy en especial, a su hermano y sobrino. Así mismo, la comunidad universitaria sabe también que ha querido ser director de la Facultad de Medicina, como esto no ha sido posible, ahora quiere ser el director de la Escuela de Educación Física. Y claro que tiene derecho a sus legítimas aspiraciones, lo que no es correcto y ético es que quiera utilizar al sindicato del SPAUJED para lograr sus fines. Si existiera una violación al contrato colectivo de trabajo, existe la vía jurídica para que se resuelva, si es que la hay. Pero presionar y chantajear a la rectoría para ser director de la Escuela de Educación Física, esa es otra historia.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.