viernes, 10 de agosto de 2012

Me voy con México en el corazón: Chavela Vargas

“Quién pudiera reír como llora Chavela, paloma negra de los excesos” -Joaquín Sabina, poeta Parafraseando a Joaquín: Quién pudiera morir como vivió Chavela. Después de 50 años de que murió Marilyn Monroe, que quizá haya sido la mujer más hermosa del mundo, muere bajo el cielo al que tanto amó, el de México, Chavela Vargas. Su muerte nos recuerda otra vez aquello de que uno no es de donde nace, sino de donde muere. Y Chavela nace en Costa Rica, muere en México y cuando conoce a José Alfredo, nació la inmortalidad, porque ese era su destino. Hay que darle las gracias a Costa Rica, porque “haiga por lo que haiga sido”, nos regaló a una de las más grandes figuras de la cultura popular que hayamos tenido en México. Hoy, con su muerte, estamos pagando el precio del vacío que nos deja con su ausencia. Hoy, sin Chavela Vargas, nuestra cultura popular ya no será la misma, como tampoco lo es sin Carlos Monsiváis y los artistas mexicanos tienen un reto: llenar el vacío que les deja la Chavela. ¿Por qué Chavela Vargas significa tanto para los mexicanos y su cultura? No para la cultura oficial, que nunca ha ido más allá de su retórica nacionalista, porque Chavela perteneció a la cultura nacional, esa que no les gusta a los hombres del poder, por eso Chavela fue querida por José Alfredo, por eso la Vargas también decía; “Porque quiero morirme como muere mi pueblo”. Chavela Vargas se alejó de aquellos que confunden las artes marciales con el arte, esa fue la razón por la que Diego Rivera y Frida Kahlo la amaron. Al encanto de Chavela y a su magia muy pocos pudieron escapar. Pedro Almodóvar la ayudó a que siguiera viviendo, decía el cineasta español que con Chavela se rompió el mito de que los ídolos y los elegidos de Dios mueren jóvenes. Gracias a Almodóvar y a muchos de sus amigos pudo cumplir 93 años, grabar el último disco de su vida, dedicado a Federico García Lorca, llenar el teatro en el que fue su despedida, llegar a esa edad amando a la vida y abrazando dulcemente a la muerte. Otro que fue seducido por la Chavela se llama Joaquín Sabina. Joaquín, sin lugar a dudas, ha seducido a muchas mujeres, pero que lo seduzcan a él, como lo hizo la Vargas, no han nacido muchas. Las mujeres hermosas inspiran a los poetas y les componen versos y canciones, pero componerle a Chavela como lo hizo Sabina, sin que fuera una María Félix, esa esa otra historia. Chavela Vargas no sólo fue una artista enorme, dueña de un estilo que al escucharla cantar desgarraba el alma y lo seguirá haciendo siempre cuando escuchemos sus grabaciones. Chavela fue también una mujer excepcional, en este momento recordamos cuando decía que le gustaban las mujeres y se enamoraba de ellas. Decirlo ahora ya no nos asusta, pero en ese tiempo sólo lo decía Chavela, y como era la Vargas, nadie de frente le decía nada, fue lo que Salvador Novo en su tiempo. A Chavela también la recordaremos por su inteligencia, sus amigos y artistas con los que convivía, ninguno fue seducido por las esferas del poder. Criticó, en su momento, a los políticos mexicanos y a su cultura machista, sus poetas no fueron nunca los que estaban al servicio del estado, su poeta favorito fue Federico García Lorca, uno de los más grandes poetas españoles víctima de la dictadura franquista. Ojalá que pronto publiquen su biografía para conocer todo lo que ignoramos de Chavela. Por lo pronto, no hay que llorar su muerte, hay que seguir cantando sus canciones, hoy, los que quieren ser cantantes, primero sean artistas, sigan el ejemplo de la Chavela y no el de los artistas de plástico que fabrican cada vez que quieren Televisa y TV Azteca. Así que, Chavela, Tomás Mendez hace tiempo compuso esto para ti: “Dicen que van a asustarme llevándome a tu presencia, y a mí me encuentran tomando con la muerte en las cantinas. No le temo a la muerte, más le temo a la vida, cómo cuesta morirse cuando el alma anda herida”

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.