“La espiga
que maduró, le dijo a la espiga verde: el que siembra en tierra ajena, hasta la
semilla pierde”
-Tomás
Méndez, compositor
Diría
Josefina Vázquez Mota: 35 años de injusticias. Cuántas veces hemos escuchado
decir a las autoridades responsables de aplicar la ley, que
vivimos en un estado de derecho, que nada ni nadie puede estar por encima de la
ley. La realidad, es que en muchas ocasiones no es así, y por alguna u otra
razón, nos enteramos de que muchos presuntos inocentes, están presos, y que
muchos presuntos culpables, andan libres por las calles, en síntesis: no se
trata sólo de que se aplique la ley, lo más importante es que se haga justicia.
Tuvieron que pasar 35 años para que el abogado Miguel Espinoza de los Monteros,
apoderado legal de la familia Rodríguez Morga, lograra del tribunal superior
agrario, un amparo a favor de sus representados. Historia legal que el
litigante tomó en sus manos diez años atrás. Dicha resolución les regresa a sus
legítimos dueños 795 hectáreas, ubicadas en Ciénega de Nuestra Señora,
perteneciente al municipio de Santiago Papasquiaro, lugar donde se encuentra
una de las minas de oro más importantes del país, y explotada por esta empresa
y sus socios americanos y canadienses. La victoria legal del abogado Espinoza
de los Monteros, a favor de la familia Rodríguez Morga no tiene precedentes en
Durango, y creemos que tampoco en el país. Solamente despachos como los de
Fernando Gómez Mont, o Diego Fernández Cevallos han logrado victorias
millonarias en los tribunales. De ahí la importancia de que el tribunal
superior agrario haya aplicado no sólo la ley, sino que hace justicia a la
familia Rodríguez Morga. ¿Por qué tuvieron que pasar 35 años para que
esto sucediera? La empresa minera mexicana, La Ciénega S.A de C.V, con pleno
conocimiento de que el predio no les pertenecía a quienes se lo compraron,
incurrió en una acción fraudulenta, pero también quienes legalizaron este hecho,
forman parte de ello, seguramente porque se vieron beneficiados por la empresa,
sólo así se explica el despojo del que fue víctima la familia Rodríguez Morga,
porque para ello, se requiere de una cadena de complicidades y de impunidad.
Pero este asunto no se queda sólo en el fallo a favor de sus legítimos dueños.
Puso al descubierto, o mejor dicho, lo que muchos sabemos, que empresas como
esta, a cambio de unos cuántos empleos que generan, se llevan desde hace mucho
tiempo nuestras riquezas al extranjero, y para colmo, no pagan impuestos ni
benefician a las comunidades donde se establecen. Es importante anotar que la
mina que explota la empresa, que puede ser quizá la más importante del país,
tiene reservas de oro por poco más de 50 años, y si no se ejecuta la sentencia
del tribunal, los duranguenses sólo seremos testigos de cómo se llevan el oro
en ocasiones en helicóptero, a Estados Unidos y Canadá.
De acuerdo a información proporcionada por
Espinoza de los Monteros a los medios de comunicación, la compañía da empleo a
setecientas personas en la región, a cambio de eso, extrae muchísimas toneladas
de oro, que le representan utilidades mínimas de trescientos millones de pesos
al mes, sin existir una supervisión real de los gobiernos federal y estatal
sobre la extracción de oro y los impuestos que deben pagar al estado. Sin
embargo, la empresa minera hoy tiene que enfrentar en su contra un fallo
judicial que les cambió todo el panorama de los jugosos negocios que realizaron
durante 35 años en una propiedad que no les pertenecía. De entrada, tendrá que
pagar en su momento, una cifra millonaria para indemnizar a sus legítimos
dueños, la empresa ha obtenido ganancias millonarias en dólares en un predio
que sabiendo que no eran legítimos dueños, siguieron sacando muchas toneladas
de oro para llevárselas fuera del país. El tribunal superior agrario, en tiempo
y forma, tiene la obligación de ejecutar la sentencia que emitió a favor de sus
dueños, para que se les regresen las 795 hectáreas donde opera la empresa
minera. Da gusto saber que aunque después de muchos años, se le hizo justicia a
una familia que ha dedicado la mayor parte de su vida para lograrlo. La empresa
debe estar preocupada porque nunca pensaron que con todo el poder que tienen y
sus abogados, tuvieran que verse en la necesidad de retribuirle a la familia
parte de los negocios millonarios que hicieron en el predio equivocado. El
fallo de tribunal superior agrario, dará mucho de qué hablar a nivel nacional e
internacional, y el tiempo nos dará la razón.
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