En política no es lo mismo las cascadas del Saltito que las cataratas del Niágara. Esto lo comentamos porque en 2016 José Rosas Aispuro Torres provocó, de alguna manera, el efecto cascada el día de la votación a nivel estatal que tuvo su epicentro en la capital del estado, de otra manera no se podría explicar, por ejemplo, la victoria de Mar Grecia y la derrota de la famosa Gaby la “China” Hernández López, que tenía todo para ganar en su distrito. El efecto cascada que significó la candidatura de Aispuro Torres le alcanzó al actual presidente municipal, José Ramón Enríquez, porque el oftalmólogo por sí solo nunca había ganado una elección. Lo más que llegó a tener fue a su hermano como diputado pluri y a su hermana de regidora, y no se diga de muchos panistas y perredistas que ni en sueños hubieran ganado. Todo se lo deben al manager de Tamazula.
El voto cascada se debe principalmente a una persona y no a un partido en especial. Refiriéndonos otra vez al tema de la cascada Aispuro, es claro que la sociedad no votó por el PAN o el PRD. Si usted conoce a alguien que crea en los partidos, ha de ser de los que pertenecen a esa rara especie en extinción. Si el PRD o el PAN no se hubieran colgado de la figura de Aispuro Torres, hoy serían solo partidos testimoniales y fuera de toda competencia electoral en 2018. La clase política nacional y sus aliados, los poderes fácticos, andan muy preocupados por el efecto cascada que podría representar a nivel nacional Andrés Manuel López Obrador el primer domingo de julio del año próximo. Si esto se hiciera realidad, el país se vestiría de los colores de Morena, se reflejaría en todos los estados y Durango, aunque usted no lo crea, no anda muy lejos de la
cascada que viene. Como dicen los clásicos, no subestimen lo que está sucediendo a nivel local con varios protagonistas desplazados por la derrota que sufrieron el año pasado. Estos militantes del PRI, sin futuro en ese partido, hoy se están agrupando para reaparecer en Morena.
En su momento habrá sorpresas, y no solo se verá a priístas o expriístas buscando ser candidatas o candidatos a diputaciones locales, federales y para senadoras y senadores. Y, por supuesto, también en las famosas y codiciadas figuras plurinominales. Habrá personajes con mucha carrera política en varias regiones del estado, entre ellas las más importantes: Durango capital y la región de La Laguna. Si bien es cierto que Morena no tiene estructuras como las tiene por ejemplo el PRI, hasta donde se sabe cubrirán con sus representantes de casillas casi todo el estado, si bien a Morena le faltan estructuras, cuentan con una buena aceptación ciudadana por lo que significa Andrés Manuel López Obrador. Si algunos están pensando en lo que se conoce como voto diferenciado, es posible que no se dé. La gente no votaría por AMLO para presidente y para senador por un candidato del PRI o del PAN, porque por fortuna la sociedad sabe que el PRI y las palomitas blancas vestidas de azul se pelean y litigan en los medios, pero en Los Pinos se ponen de acuerdo porque Andrés Manuel bien vale una misa.
Como diría Martín Urieta: hablando de mujeres y traiciones, lo que ya se conoce como la operación “Caldera”, está compuesta con nombres y apellidos como cabezas de serie, más los que se agreguen en los próximos días. Destacan Nancy Vázquez, Alfredo Martínez, Salvador Quintero, Nacho Aguado, Javier Reyes Ortiz, Ulises Adame,
Carlos Medina Alemán, Rafael Palacios, Karol Wojtyla e Iván Ramírez, entre otros. Hay nombres de mujeres y hombres que están en espera para ponerse la camiseta de López Obrador, de Morena y el efecto cascada que los puede llevar al poder y a otros de regreso. La figura del tabasqueño da para eso y más, y si ya lo saben en Los Pinos, que lo sepa el país entero. A ver qué le sucede a los de la alternancia ya sin Rosas Aispuro en las boletas de 2018.
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