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Por segunda vez, Patricia Flores Elizondo buscar ser senadora
ÁLVARO SANJUÁN
Como resultado de las elecciones presidenciales de 2012, el Partido Acción Nacional después de estar en los cuernos de la luna durante dos sexenios, de 2000 a 2012, pasó a ser la tercera fuerza política del país, desplazados por la figura de Andrés Manuel López Obrador, que no del PRD, partido al que dejó en segundo lugar y ahora, ya sin AMLO, se quedaron como el título de la novela de Jorge Ibargüengoitia: Estas ruinas que ves. Por esa razón, lo que queda de la izquierda electoral representada por los chuchos se sube al primer cabús de un tren que pasa, no importa si es del PAN, al fin y al cabo en pleno siglo XXI a los políticos lo único que les importa es seguir siendo adictos a esa droga llamada poder, enfermedad para la cual no hay rehabilitación, porque una vez que se prueba no importa con quién se hagan alianzas, coaliciones o frentes ciudadanos, lo realmente importante es ser cola de ratón, sin interesar quién sea la cabeza de león. Como dijo el clásico, con el poder hasta que la muerte nos separe.
Aquí en Durango en política no se cantan mal las rancheras, estamos como el refrán: mucho ruido y pocas nueces. Las intenciones de Patricia Flores Elizondo de convertirse en candidata al Senado de la República por el PAN, es algo que ya intentó en 2012, si no lo logró en aquella ocasión fue porque José Rosas Aispuro Torres comenzó a construir por segunda vez su candidatura al gobierno del Estado y se decidió de una vez por todas a dejar 30 años de militancia del PRI para irse al PAN. Su dirigencia se puso feliz porque vieron que en 2010 se quedó a un paso de ser gobernador. Solo era cuestión de
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esperar a 2016 y, al menos con el logo de su partido hoy despachan en el Bicentenario. Por esa razón, la señora Flores Elizondo no pudo ser la candidata al Senado, la prioridad fue el actual gobernador Rosas Aispuro. Era mucho lo que se jugaba y así lo entendieron en aquellos días Felipe Calderón y un hombre inteligente y poderoso al interior de las cúpulas del PAN: Ernesto Cordero Arroyo, actual presidente del Senado de la República, exsecretario de Hacienda, donde cualquier titular de esta dependencia federal tiene mucho poder por los servicios de inteligencia financiera de los que dispone, que le informan quién es quién en este país y cómo hacen sus fortunas.
Patricia Flores Elizondo fue considerada en su momento una de las mujeres más poderosas de México en el sexenio calderonista. Temida y respetada en las élites del poder de nuestro país. Como dijo José Alfredo Jiménez: “pero todo, todo se acaba, la dicha grande también se va”. Y eso les pasa muy seguido a todas las políticas y políticos que no han querido entender o ver que la política es como el amor, nada está escrito, que te levantas en la mañana al lado del ser que amas y en la noche cuando regresas ya no está. Con las intenciones de la señora Flores Elizondo no podemos evitar recordar la frase de Porfirio Muñoz Ledo: el derecho de la sangre. Ella nace en Durango, pero como nadie es profeta en su tierra, buscó nuevos horizontes, apoyada por un miembro poderoso de su familia llegó a la Cámara de Diputados y de ahí culminó su carrera en Los Pinos. Ella dijo en una entrevista que vive de manera modesta, pero no hace mucho en varios medios nacionales se habló de una propiedad por los rumbos de Polanco en la Ciudad de México y otra en la ciudad texana de Austin, donde al parecer vive con su familia y estudian sus hijos. Todos los ciudadanos duranguenses tenemos derechos
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políticos y el derecho humano a votar y ser votado, y Doña Patricia no es la excepción.
Pero da la casualidad que también dos distinguidas panistas, conocidas y con arraigo de muchos años en Durango, Patricia Jiménez y Gina Campuzano, tienen las mismas intenciones que la señora Flores Elizondo. Si se hiciera una encuesta entre las tres panistas, ¿quién quedaría en primer lugar? Y por si fuera poco, entre otros, el diputado local Jorge Salum del Palacio aspira a encabezar la fórmula de su partido llegada la hora. De José Ramón Enríquez no hay que preocuparse, si no es candidato por el PAN, podrá serlo por Movimiento Ciudadano. Por eso ya lo activó. En política siempre es bueno tener dos planes: el A y el B. No sabemos si de último momento Patricia Flores Elizondo les vino a complicar la vida a las palomitas blancas vestidas de azul, de lo que sí estamos seguros es de que patricia Jiménez y Gina Campuzano no se quedarán cruzadas de brazos, sin importar mucho el derecho de la sangre y enfrentarse a la que una vez fuera una de las mujeres más poderosas de este país en el sexenio de Felipe Calderón.
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