Los artículos de Álvaro Sanjuán son publicados los viernes y domingos en El Sol de Durango
domingo, 20 de mayo de 2012
Un nuevo fantasma recorre México: Los jóvenes en las universidades
“Yo prefiero ver a un joven protestando que a un joven con desesperanza”
-José Narro Robles, rector de la UNAM
Desde hace muchos años, los jóvenes no daban una muestra clara y un claro mensaje de que les interesara participar en política. Más bien, corren la fama de que no quieren saber nada de los políticos y los partidos. Que prefieren ir a un concierto de Café Tacuba o de Maná que ir a escuchar a un político que les promete cambiar el país, con el argumento de que ellos son el futuro de México. Pero hoy parece ser que nuestros jóvenes, encabezados por quiénes tienen el privilegio de estudiar en una universidad pública o privada, se han dado cuenta que con la clase política que nos gobierna, el que no tiene futuro es el país. Y ese es, sin duda, hoy su reclamo. Ahora, algunos candidatos a la presidencia de la república, en el fondo están pagando el ocaso del sistema político mexicano. Al menos, desde Plutarco Elías Calles, que inicia el sistema presidencial al final de los años 20’, hasta Felipe Calderón. El mensaje de los estudiantes mexicanos, es que el modelo neoliberal tocó fondo, que ha fracasado porque sólo ha logrado hacer más ricos a los ricos y más pobres a los pobres.
Históricamente, han sido los estudiantes del Instituto Politécnico Nacional y de la Universidad Nacional Autónoma de México, quienes han protestado en contra de los hombres que tienen el poder político, cuando éste se ejerce con excesos y le cierra a la sociedad toda posibilidad de participar en la vida democrática. No hay que olvidar a los jóvenes estudiantes del Poli y de la UNAM, que estuvieron encabezando el movimiento del ’68, que es conocido también como la tarde triste y noche del 2 de octubre en Tlatelolco. Una herida de la historia de México que no se ha podido curar, ni cuando Gustavo Díaz Ordaz dijo desde Guadalajara que les extendía su mano amiga a los estudiantes. O cuando en su último informe de gobierno les dijo a los mexicanos: “Asumo toda la responsabilidad histórica, ética y moral por los acontecimientos del 2 de octubre en Tlatelolco” Hoy, parece que se cumple otra vez que son los jóvenes universitarios los que pueden ser pieza fundamental para que el país tenga el presidente que necesita. Sin importar quién sea, Enrique Peña Nieto, Gabriel Quadri, Josefina Vázquez Mota o Andrés Manuel López Obrador. Lo que llama poderosamente la atención, es que no son los estudiantes del Poli o de la UNAM los que no quieren que siga el PAN en Los Pinos, o que regrese el PRI, son los estudiantes de las instituciones educativas privadas, como es el caso de la Ibero, el Tec de Monterrey o del ITAM. Eso es lo que sorprende.
La universidad Iberoamericana, una de las universidades privadas más prestigiadas de México, por lo que acaba de suceder, le han dado la vuelta al mundo, nos referimos de manera particular al candidato del PRI, Enrique Peña Nieto, y al candidato de las izquierdas, Andrés Manuel López Obrador. Nadie, en su sano juicio, puede siquiera sugerir que ese universo de jóvenes de clase media, media alta, y de ahí para arriba, se les pueda dar “línea” o comprarlos con una despensa. Los de la Ibero han invitado a todos los candidatos presidenciables, en igualdad de condiciones y circunstancias. Si López Obrador estuvo 2 horas con los de la Ibero, y si salió con abrazos y con gritos de “¡Presidente, Presidente!”, es por su papel, su discurso, sus propuestas y las respuestas que les dio a los estudiantes ahí reunidos. Si Enrique Peña Nieto duró sólo 1 hora en la Ibero, y salió escuchando los gritos de “¡Fuera, Fuera!”, no es culpa de nadie, es el juicio que se ganó con los estudiantes de la Iberoamericana. Lo mismo pueden ser los estudiantes del Tec de Monterrey, sólo por poner un ejemplo. Todos los candidatos a la presidencia de México deben evaluar lo que significa que los centros más importantes de educación privada, reconocidos a nivel nacional e internacional, estén encabezando la lucha por el futuro político, económico y social de nuestro país. Y no sólo son los jóvenes que estudian en las universidades privadas, los que requieren de una respuesta, también la necesitan los que estudian en las públicas, los hijos de los obreros, los de los campesinos, los famosos ninis, los jóvenes que se han quedado huérfano por la violencia, los que se han ido a buscar la vida en otro país, porque aquí no tienen ni futuro ni destino. Para acabar pronto: Que no se quede en el país un solo joven sin ser escuchado, por quienes pretenden ser presidentes de México, y que no haya nunca más jóvenes de primera y jóvenes de segunda.
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- Álvaro Sanjuán
- Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.
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