“Es la historia de siempre, de un amor que se fue y yo espero mañana empezar otra vez”
-Canción popular
¿Hasta cuándo la clase política dejará de disputarse este país o lo que queda de él? Esa pregunta nos la hacemos los mexicanos desde siempre, porque al menos desde el México de la post revolución hemos sido testigos de cómo se creó el sistema político mexicano actual. Unos grupos disputándose la Presidencia de la República, las gubernaturas de los estados, los municipios, diputaciones y senadurías y de paso por el aparato administrativo y burocrático del Estado, utilizando para ello la dictadura perfecta donde caben las elecciones con fraudes, las promesas incumplidas, disfrazar a un país moderno con graves problemas estructurales donde cohabitan un México virtual con el real, un país rico lleno de pobres, un México sin democracia pero con las instituciones democráticas más caras del mundo y sin resultados.
Todo eso y más, de acuerdo a los expertos, se está jugando este domingo 4 de junio en el Estado de México. Hoy como nunca en la historia electoral moderna está en juego el futuro de este país. Por una parte, el grupo Atlacomulco del Estado de México, representado por Alfredo del Mazo y en contraparte la figura de López Obrador. Un día tenía que ser así. Hoy, el espejo de 2018 está en ese estado del país. Con todo y eso, no creemos que con la película Atlacomulco, primera parte, termine todo; como en las películas de El Padrino, tendrá que haber segunda y tercera parte hasta que quede escrito el
final del jefe del clan de los Corleone. Seguramente usted ya vio los tres filmes dirigidos por Francis Ford Coppola, si no lo ha hecho, vale la pena tener esa serie como consulta en su casa para entender la política y a los políticos mexicanos. ¿Por qué puede perder el PRI aún ganando el Estado de México? El tricolor podría obtener una victoria electoral como en 2012, pero no una victoria política.
Si bien “haiga sido como haiga sido” Peña Nieto se alzó como presidente mediante un triunfo electoral, sin duda la victoria política del resultado de ese proceso fue para Andrés Manuel López Obrador, y esto se refleja al menos en las encuestas de opinión, donde es el delantero. Por mal que le fuera a MORENA en el Estado de México, como resultado de una elección muy cerrada, quedaría en segundo lugar, y si como dicen las encuestas hay un empate técnico entre Del Mazo y Delfina, ante esa lógica también habrá un empate técnico a la hora de repartirse el poder en el Estado de México. También podría ser el principio del fin de uno de los grupos más emblemáticos del país: el grupo Atlacomulco. Para bien o para mal, con virtudes y defectos, AMLO representaría una pieza fundamental en el posible derrumbe de este poder fáctico en el país. ¿Será suficiente toda la maquinaria priísta, todo el poder del Estado y todo el dinero para lograr el triunfo de Alfredo del Mazo?
El próximo 5 de junio por la mañana sabremos, como Augusto Monterroso, si al despertar el dinosaurio aún sigue ahí. Da la impresión de que el régimen priísta solo está prolongando su agonía y un día si no es López Obrador será otro, y por qué no, una mujer de las que abundan en este país para ser presidenta de México. Desde el 2000, el tricolor ha escuchado los avisos de su posible final
como partido, podrá seguir aliándose con el PAN, PRD, PANAL, Verde Ecologista, PT… pero no podrán hacer alianzas con los ciudadanos de este país, porque nunca las ha hecho y ya es tarde para comenzar. México requiere una transición democrática, y no una simple alternancia entre partidos o un bipartidismo. El PAN no ha sabido gobernar, el PRI lo hizo pero acabó en la soberbia y los excesos de poder. México no le pertenece a ningún partido, persona o grupo, México es de todos los mexicanos y esa es la moraleja.
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