domingo, 14 de enero de 2018

¡Qué cosas tiene la vida, Mariana!: Alberto Cortés


Cuentan que el doctor Gustavo Baz definía la política comparándola con un rompecabezas: si a este juego le falta una pieza para cerrarlo, hay que ir a buscarla hasta donde se encuentre. Y algo similar sucede en la política local. Apenas hace unos días la percepción era que un hombre podría encabezar la fórmula del PRI al Senado, ya fuera Adán Soria Ramírez, Ricardo Pacheco Rodríguez, Héctor Arreola, Ricardo Pescador y Otniel García Navarro. Se comprueba una vez más que la política es como el amor: nada está escrito. De último momento, la cúpula priista local fue sacudida por la noticia de que una mujer va a encabezar la fórmula por razones del estatuto, y pudiera ser Ali Gamboa, sin descartar, por supuesto, a la lagunera Rocío Rebollo o a una potranca negra de esas que no faltan en la carrera al Senado de la República. Diría el Chapulín Colorado: no contaban con mi astucia.

Pero en política no todo es dulzura. El que una mujer priista encabece la fórmula no garantiza el triunfo en automático, sino todo lo contrario. La estrategia original de los tricolores era que un hombre la encabezara, y en segundo lugar una mujer de la región lagunera y así cerrar la pinza donde está la mayoría de los votos en el estado, la capital, Gómez Palacio y Lerdo. Ese es un problema que tendrá que resolver el PRI en unas cuantas horas o días. Pero como las desgracias no vienen solas, de acuerdo a los que están bien informados, andan buscando a un priísta valiente con tendencias políticas suicidas para que acompañe a Ali Gamboa o a Rocío Rebollo, por aquello de que si pierde el PRI la ganona será quien encabece la fórmula al Senado, y el segundo lugar se quedará chiflando en la loma, esa es la razón por la cual los distinguidos priistas no quieren
acompañar a las damas de su partido. ¿Por qué les harán el feo? Si fuera la diputada Gamboa, tenemos que reconocer que es una mujer con suerte, por eso ha llegado a donde está. Sin embargo, la duda es si la diputada federal le garantiza los votos que los tricolores necesitan, en cambio la también diputada Rocío Rebollo sí sería garantía en La Laguna, entonces el tema a resolver es quién es la priísta que les garantice los votos en el resto del estado. Como podemos ver, los tricolores no están en un lecho de rosas.

¿Dónde van a terminar los que tuvieron la posibilidad de encabezar la fórmula? Solo les quedan dos caminos: las diputaciones federales y las locales. En el tema federal, como la ley lo mandata, en dos distritos tendrán que ir mujeres y en los otros dos hombres. Existen dos maneras de darle solución al tema: en un primer caso debe ir un hombre en el primer distrito, en el segundo una mujer, en el tercero un hombre y en el cuarto también mujer. La otra forma es que el primero lo encabece una mujer, segundo un hombre, tercero mujer y cuarto hombre. Esta última opción les podría complicar las cosas, sobre todo en el tercer distrito, donde el PRI no cuenta con una mujer competitiva, en cambio, si optan por la primera alternativa quizá sería lo mejor para ellos. Por ejemplo, en el segundo distrito sería candidata Leticia Herrera Ale, que sin duda ganaría de calle, aunque después de tomar protesta pediría licencia y dejaría a su suplente para regresar a la presidencia local de Gómez y seguir su camino rumbo a 2022. En el tercer distrito, los priístas siguen contando, hasta el día de hoy, con tres cartas fuertes: Pedro Silerio, Paco Ibarra Jáquez y Carlos Matuk. Y si como se dice ya se hicieron las encuestas, cualquiera de los tres podría estar en primer lugar. Solo hay que recordarle a los priistas locales que hace poco Peña Nieto descalificó las encuestas para decirle a Osorio Chong que
aunque Antonio Meade iba en último lugar, él sería el candidato. Si las cúpulas del PRI hacen lo mismo de siempre y de manera autoritaria designan a los candidatos por el solo hecho de tener relaciones con la clase política del centro del país, quien podría pagar los platos rotos sería Antonio Meade, el que por cierto ya le entró a la guerra sucia, haciéndole caso a sus asesores y expertos en este tipo de cosas, ya que solo atacan realmente al que puede ganarle: Andrés Manuel López Obrador.

Hablando de mujeres y traiciones, el inefable Gonzalo Yáñez ha reaparecido en la política local después de unas largas vacaciones y de que gracias a Dios, al PRI y al “Gato” Adame, logró conservar el registro del PT a nivel nacional en aquella famosa elección extraordinaria en un distrito de Aguascalientes donde no tuvieron competidor. Como usted ya sabe, irán juntos MORENA, PT y Encuentro Social para aportarle su granito de arena a favor del expeligro para México, López Obrador, porque ahora lo son los otros candidatos. Todos esperan que MORENA, PT y Encuentro Social ofrezcan opciones diferentes y no sean los mismos de siempre, como sucede en todos los partidos. Deben buscar cuadros en la sociedad civil con prestigio público y privado, respetados para ver si podemos sacudirnos en algo la partidocracia que padecemos, y también se rumora que es posible que distinguidos priistas que no alcanzarán nada en su partido pueden caer en los brazos de MORENA. Nacho Aguado, Miguel Espinosa de los Monteros y Jorge Silverio serían unos excelentes representantes en esa coalición de la sociedad civil.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.