domingo, 15 de noviembre de 2015

El PAN: cerca de la designación y lejos de la alternancia

La democracia no es un peligro, la democracia es una oportunidad”
-Carlos Castillo Peraza
Designación no es, por mucho, sinónimo de democracia, y la alternancia no es “quítate tú para ponerme yo” o un bipartidismo disfrazado: que se vaya el PRI y llegue el PAN; que regrese el PRI y que este bipartidismo se convierta en un círculo vicioso, se requiere, de acuerdo a los expertos, la consolidación de la democracia. Hoy, el panismo local está viviendo quizá la última llamada de su historia, para que uno de sus militantes se pueda convertir en el próximo gobernador del estado, tener, de paso, por primera vez, mayoría en el Congreso, gobernar los principales municipios del estado y poder demostrar en los hechos que las administraciones de Fox y Felipe Calderón, que tuvieron el poder pero no supieron gobernar,  que esto ya quedó atrás y que hoy dejaron de ser la mejor oposición a cambio de convertirse en los mejores para gobernar. Esa es la deuda histórica que tienen pendiente, de lo contrario serán como hasta ahora: capaces de alcanzar acuerdos políticos en el poder, pero no ser una verdadera alternancia.

¿Qué le pueden aportar las palomitas blancas vestidas de azul de Durango a la alternancia que por salud política se requiere? Por cómo andan y están las cosas al interior del blanquiazul, creemos que nada.  El método para designar candidatos que le fue autorizado al Partido Acción Nacional podrá ser legal, pero no democrático. El método por designación le da manga ancha a la cúpula panista para designar no a los mejores cuadros sino a los amigos, para eso es el poder. ¿Se imagina usted si los que mandan en el PAN local designan como candidato a gobernador a Rodolfo Dorador y no a José Rosas Aispuro?, ¿Al joven panista Luis Galindo  en lugar de Jorge Salum del Palacio? Si esto se diera en los municipios y distritos locales, lo mejor sería que ya desde ahora les entreguen la constancia de mayoría a los candidatos del PRI, Verde Ecologista, PANAL y Partido Duranguense, como sucedió en 2013, cuando la cúpula panista entregó la plaza sin disparar un solo tiro. Ahí están los resultados, considerados los peores de su historia político-electoral. Partido político que no se la juega con su democracia interna no podrá seguirla hacia fuera, hacia la sociedad, no podrán criticar al abstencionismo si nada pueden ofrecerle.

Desdelos tiempos del “Negro” Elizondo, los panistas no tienen un líder moral, carecen de figuras que eran respetadas  por el poder en turno, hoy, más bien da la impresión de que está en manos de la burocracia electoral, que solo busca espacios, pobres victorias electorales, pero no el poder, solo buscan perder para ganar en el otro sentido, los intereses personales y los de grupo. ¿Cómo definir la crisis al interior del PAN, causada por los grupos y las corrientes? Tuvo que ser una panista la que nos diera la respuesta, Rosario Castro con su declaración: “Juan, no te comas todo el PAN”. Nos recuerda a la parábola de la biblia: “que los panes se multipliquen, pero que no se los coma uno solo”. El problema y la consecuencia es que toda imagen negativa del PAN le perjudica a su virtual candidato, José Rosas Aispuro Torres. Los panistas corren el riesgo de que Aispuro los deje colgados de la brocha, no pueden secuestrar a su candidato con sus peleas por unas gotas de ayuda, Aispuro tiene todo con qué ganar. Pero no quiere decir que ya tenga la victoria en la bolsa. El senador no trae una varita mágica en sus manos para hacerles realidad todo a los del PAN. Rosas Aispuro tiene la capacidad y la experiencia política para poner orden en el PAN, pero si no lo dejan se pueden quedar como el perro de las dos tortas.  Sin coalición o con coalición, las palomitas blancas vestidas de azul tienen que darse cuenta que el de Tamazula es el único as que les queda bajo la manga, y no sería recomendable que lo presionaran o lo condicionaran como se ha filtrado de que en días pasados estuvo en Durango la más influyente panista del sexenio pasado, encabezando a distinguidos panistas locales para pedirle al senador y que les firmara que en su gabinete no estarían expriístas o militantes de ese partido, y que desde ahora los separara para los del PAN. Por supuesto que Aispuro no aceptó, “a mí me pueden pedir, pero no exigir, yo quiero ganar por Durango junto con la sociedad civil, ese es mi compromiso”. Como vemos, también en el PAN se cuecen las habas.

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Que se acabe el gatopardismo en México, que cuando algo cambie, que no siga igual, que sea para bien.